Son dos tetraedros enfrentados representando las energías opuestas, femenino y masculino, tierra y cielo. Armonizan nuestras energías femeninas y masculinas.
Balancea y equilibra los dos hemisferios cerebrales. Esto nos ayuda a percibir la vida con mayor serenidad.
Facilita nuestro crecimiento espiritual. Gracias a las meditaciones con el Mekaba podemos conectar con nuestro ser a un nivel superior de conciencia. Elevando nuestra vibración.
Estimula la mente, estamos más despiertos y presentes. Más receptivos para aprender.